La inversión es el acto de destinar recursos, generalmente capital, con el propósito de obtener un retorno o beneficio en el futuro. Este concepto se aplica en diversos contextos, como en finanzas, donde se refiere a la compra de activos con la expectativa de que aumenten su valor o generen ingresos. La inversión puede ser en forma de dinero, tiempo o esfuerzo en proyectos, empresas o bienes inmuebles.
En el ámbito financiero, existen diferentes tipos de inversiones, como acciones, bonos, fondos mutuos y bienes raíces, cada una con sus características y niveles de riesgo asociados. La decisión de invertir implica analizar las oportunidades y los riesgos, así como establecer un horizonte temporal para los rendimientos esperados.
Además, la inversión puede ser clasificada en directa e indirecta. La inversión directa implica un control activo sobre el activo invertido, mientras que la inversión indirecta se realiza a través de otros instrumentos financieros o gestores de fondos. En resumen, la inversión es un componente fundamental de la economía, ya que impulsa el crecimiento, fomenta la innovación y genera empleo al canalizar recursos hacia proyectos productivos.